El 28 de Noviembre falleció nuestro compañero de la SAF Catamarca Roberto Angaramo, conocido por todos como el "Vity". Como comunicadoras tuvimos la oportunidad de trabajar junto a él y los compañeros del NOA en una valiosa experiencia. Tuvimos la oportunidad de compartir además encuentros y capacitaciones regionales y nacionales desde el antiguo PSA. Fue una hermosa persona. Desde nuestro blog queremos dedicarle nuestros mejores recuerdos y expresar nuestro profundo pesar por su partida, que nos deja sin su risa, sus cuentos, su experiencia, su lucha, su claridad ideológica. Hasta siempre querido Vity, que la Pachamama te cobije y abrace!
Compartimos a continuación las palabras que le escribió nuestro compañero Carlos Müller, quien compartió con el Vity los inicios de la lucha gremial de los entonces trabajadores del PSA.
Se nos fue el Vity, compañero y amigo en el trabajo y en la
vida; fue uno de los impulsores de los derechos de los trabajadores, primero en
el PSA y después en la SAF y primer delegado por la provincia de Catamarca
cuando conformamos el primer plenario nacional. En esos momentos iniciales,
cuando había que poner la cara en un gremio que se encontraba dando sus
primeros pasos, ahí estuvo el Vity Angaramo, bregando por la consolidación de
un espacio inclusivo, de unidad, que sumara a todos los trabajadores por igual,
sin diferencias ni exclusiones.
En su vocación por arrancarle una sonrisa a la vida, valorándola
como uno de los dones más preciados, esta vez no pudo ser. Tal vez muchos lo recuerden por su simpatía, por
los cuentos o por el apasionamiento que ponía en todo lo que emprendía, siempre
con respeto por los demás, aunque pensaran diferente. Lo que muchos no saben es
que ese impulso no era porque sí: el Vity había conocido a la muerte de cerca
mucho tiempo atrás, y, por esas cosas que pasan, había podido vencerla
mirándola a los ojos, frente a frente. Seguramente por ello sabía valorar la
vida como pocos. Primero fue en las mazmorras del cabildo, en su época de
estudiante en Córdoba; allí permaneció detenido de manera irregular, fue
torturado, y luego pasó a la cárcel donde finalmente su detención fue
blanqueada y así salvó su vida por segunda vez. Compartió celda con mi compadre
y amigo entrañable el “Fino” Jorge Pacheco, a quien conocía de la Escuela de
Ciencias de la Información. Jorge, quien como el Vity sobrevivió a los
tormentos, no pudo con el cáncer y se fue tempranamente, hace ya muchos años.
A pesar de los golpes de la vida, el Vity Angaramo jamás
dudó, siempre supo de qué lado estar y al lado de quienes. Es por eso que eligió
estar junto al sector campesino, al lado de las organizaciones y de los
sectores populares y valoraba todos los avances que en materia de derechos
humanos se habían obtenido por la inclusión del tema como política de estado, a
partir del 2003. Porque sabía lo que significaba la violación a los mismos y había padecido la
falta de justicia en carne propia Estoy
seguro que el resultado de las últimas elecciones no fue de su agrado, menos
aún los de Córdoba, aquella del Cordobazo, de Tosco, Salamanca y Atilio López
que ha quedado en una historia ya lejana; muchos recuerdos deben haber
regresado junto al dolor de ver regresar a estos seres que tanto daño le
produjeron al pueblo argentino, el pasado que vuelve con declaraciones aberrantes
sobre los derechos humanos y sobre las organizaciones que jamás bajaron los
brazos en esa lucha en contra del olvido.
Pero él sabía también que hay derechos que no se pierden nunca, porque
la vida, la justicia, la verdad y la memoria al final siempre terminan por
vencer a la muerte cuando se lucha por ellos.
Es por ello que hoy nos cuesta pensarlo como un recuerdo,
porque siempre estará presente en la SAF, en el gremio, y en los afectos de
quienes pudimos compartir con él la lucha, una charla y un vaso de vino en la
quietud de cualquier valle. Querido Vity Angaramo, hoy aquí desde Salta
brindamos por vos, comenzamos a extrañarte y te decimos: Hasta la victoria.
Siempre.
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